Una de ellas, Ana Morantes Maldonado, bisnieta de Tomás Morantes, quien sembró el árbol un 29 de diciembre de 1888, por encargo del párroco de la época Ramón García, fue una de las primeras en salir a protestar por lo que consideró un tratamiento incorrecto a este preciado tesoro natural y cultural de Bochalema.
“Hace dos semanas me percaté que estaban haciéndole algo y salí a preguntar. Me dijeron que se trataba de unos trabajos para ampliar el espacio verde alrededor de su raíz, pero además le iban a hacer una especie de cepa en cemento. Le estaban metiendo piedras como para hacer una división. Y les pregunté si eso no le haría daño a las raíces”, comentó.
Su preocupación tuvo eco. Y ya no fue ella sola, sino estudiantes, personajes de Bochalema y hasta la radio local pidieron una reunión con los encargados de las obras para expresar sus inquietudes.
El jueves de la semana pasada durante el encuentro se acordó hacer algunos correctivos. Se decidió entonces levantar todas las tabletas que tenía el árbol a su alrededor, sacar las piedras y retirar la mezcla de cemento que alcanzaron a echar.
A cambio se le sembrará pasto en el entorno y fuera de la verja que lo rodea se montarán las jardineras. Uno de los que insistió para que la administración local concertara con la comunidad lo que se le iba a hacer al Samán fue el concejal José Arguello Cacique.
“Los trabajos en realidad habían sido conocidos por el Comité de Educación Ambiental Municipal. Primero se hicieron varios tratamientos para la limpieza y protección de la planta. Pero después vimos que le estaban haciendo un círculo en cemento a unos metros del tronco, lo que no nos pareció porque nuestro interés era por el contrario que el árbol tuviera más verdor a su alrededor y si era necesario, encerrarlo, para evitar que caminen y le pelen el tronco.
Por eso convocamos la reunión en asocio con la Alcaldía y se tomaron los correctivos”, alegó.
No obstante pese a que se retiraron las piedras y el cemento que ya habían echado, se alcanzaron a cortar una raíces, y ahora el temor de algunos pobladores, como Ana Morantes, quien dice que se hace morir por el Samán, producirá en pocos años su muerte.
Habla Corponor
Consultados por La Opinión funcionarios de la Alcaldía y de Corponor, reconocieron que se plantearon dos alternativas para mejorar el entorno del Samán.
No obstante pese a que se retiraron las piedras y el cemento que ya habían echado, se alcanzaron a cortar una raíces, y ahora el temor de algunos pobladores, como Ana Morantes, quien dice que se hace morir por el Samán, producirá en pocos años su muerte.
Habla Corponor
Consultados por La Opinión funcionarios de la Alcaldía y de Corponor, reconocieron que se plantearon dos alternativas para mejorar el entorno del Samán.
Wilson Rincón funcionario de la subdirección manejo de cuencas y recursos naturales de Corponor, informó que sí se había planteado quitarle parte de zona dura (tabletas), hacer una jardinera de cinco metros y dos especies de caminos en ladrillo, que fue lo que no le gustó a los bochalemeros.
Por eso hicimos la reunión con presencia de la comunidad y se decidió entonces la segunda alternativa. La primera la habíamos decidido por cuestiones de costos”, comentó.
Al final se optó por retirar la cepa de cemento que se estaba instalando, adecuar una zona verde de 12 metros que separe el tronco del árbol con la verja que por años lo ha protegido y por fuera irá la jardinera. La Alcaldía invertirá $2’500.000 y Corponor $9’500.000.
Estos trabajos además no permitirán que la gente siga caminando alrededor del árbol.
Existe la creencia de que si se le dan siete vueltas alrededor en el sentido contrario de las manecillas del reloj, las parejas se casan. O que su corteza sirve de amuleto.
Existe la creencia de que si se le dan siete vueltas alrededor en el sentido contrario de las manecillas del reloj, las parejas se casan. O que su corteza sirve de amuleto.
“Lo que queremos es que el árbol esté protegido. Eso de las vueltas es puras creencias. Entre menos sea expuesto el árbol es mejor por los años que tiene”, dijo Ana Morantes, quien quiere al samán como un “miembro de su familia”.
Corponor aclaró que este año, por solicitud de la Alcaldía se le hicieron varios trabajos de mantenimiento al árbol. Lo desparasitaron, se le eliminaron algunos hongos, y se le removió material extraño a la planta como clavos, cables eléctricos y hasta luces navideñas.Y quedó totalmente prohibido incrustarle al grueso tronco cualquier tipo de material que lo maltrate.
Árbol insigne
Por su parte la Alcaldía sancionó el acuerdo 006 el 19 de junio de este año en el que estipula que a partir del próximo año, cuando cumpla sus 120 la frondosa planta, se destinará un presupuesto anual para su mantenimiento y protección.
Árbol insigne
Por su parte la Alcaldía sancionó el acuerdo 006 el 19 de junio de este año en el que estipula que a partir del próximo año, cuando cumpla sus 120 la frondosa planta, se destinará un presupuesto anual para su mantenimiento y protección.
Además fue designado como el árbol insigne del Municipio al que cada 5 de junio se le rendirá un homenaje en razón a su significado para la vida cultural y ambiental de Bochalema.
El Samán, el que según la historia fue traído desde Táriba (Venezuela), junto con otro que se sembró en la población de Durania, seguirá engalanando esta población por lo menos 50 años más, pues se trata de unas de las especies más longevas, que pueden durar hasta 200 años.(Fuente Diario La Opinión de Cúcuta)