Este domingo 7 de diciembre, el Templo Sagrado del fútbol nacional marcará su plusmarca de inasistencia cuando se lleve a cabo a puerta cerrada el compromiso entre el Deportivo Táchira F.C. y Llaneros de Guanare, por la penúltima fecha del Apertura 2008.
Así lo decidió la Comisión de Honor de la Federación Venezolana de Fútbol (FVF) tras evaluar los incidentes suscitados en Barquisimeto el pasado domingo, cuando al finalizar el encuentro entre Guaros y Aurinegros se presentaron algunos problemas dentro del campo, en donde se vieron involucrados seguidores de ambas oncenas.
Esta amonestación a la afición tachirense y larense, quienes también jugarán sin sus seguidores en la última fecha, se ejecuta en la recta final de un torneo empañado por constantes enfrentamientos en los escenarios del balompié criollo, y marcado por la poca taquilla, incluyendo a Pueblo Nuevo, quien rompiera el record nacional de asistencia a un estadio en la campaña anterior.
Como respuesta a esta lamentable decisión, la gerencia del cuadro amarillo y negro apelará hoy jueves ante el ente rector del fútbol organizado venezolano, y permanecerá en la espera de una sentencia favorable que le permita abrir las puertas del templo sagrado a la fanaticada aurinegra este domingo en el choque pautado para las cuatro de la tarde.
El 16 de noviembre fue la última ocasión en la que los dirigidos por Maldonado animaron a sus seguidores en su fortín, anotando nueve tantos a su rival de turno, y de mantenerse la sanción por parte de la FVF, San Cristóbal dejará de ver a sus ídolos en acción por más de dos meses, pues será hasta la segunda jornada del Clausura 2009 (25 de enero) cuando el Carrusel retorne a casa.
Ante esta situación adversa para el seis veces campeón y para la mejor hinchada del país, la alternativa para el pronto reencuentro de ambos, queda pautada para el venidero 14 de diciembre en Mérida, cuando el cuadro tachirense cierre su participación durante el 2008 en el tradicional clásico andino, ante Estudiantes.
La conformación de la población se fue dando con la presencia de las etnias, pero es don Pedro María Ureña quien funda la ciudad en 1851, cuando ya existía un poblado conformado por un considerable número de familias. 
A don Pedro María Ureña se le reconoce como el fundador. El 5 de diciembre de 1851, la Diputación Provincial de Mérida produce una decisión, a través de la cual asigna nombre a la actual ciudad y le da el espacio territorial que comprende el actual municipio. 
