Su origen es de Caracas. Todas las notas periodísticas son más o menos similares, dedicadas al origen del Pan de Jamón, salvo una, publicada en el suplemento "Mujer", en 1981, y que recoge la información del dramaturgo Rodolfo Santana. Santana, como buen hombre de teatro, se atrevió a declarar que él sí conocía la historia del pan de jamón y que la cosa era más o menos así:
"Hubo una vez – dice Santana – un panadero italiano llamado Pietroluchi Pancaldi, quien por allá por 1940 tenía una panadería ("La Lusiteña") por los lados del Mercado de Quinta Crespo. El trajo a nuestro país, junto con su familia, especialidades en panadería y pastelería italianas, como los cachitos y el panettone. A Pancaldi le gustaba mucho echarse palos y acá se hizo aficionado al ron.
En sus borracheras acostumbraba irse a la panadería a experimentar, como cualquier otro científico, nuevas variedades de panes y dulces. En una de esas, específicamente en una embriaguez navideña (suelen ser las peores), se le ocurrió hacer algo que fuera así como un cachito gigante.
Así que hizo un pan grande y lo empezó a rellenar de jamón. Pero no tenía suficiente – en aquel entonces los cachitos se hacían de jamón serrano – y entonces, para poder rellenar el pan tan grande que había hecho, comenzó a meterle cuanto encontró cerca: aceitunas, pasas…y cuando puso la primera pasa pensó ¿por qué no hacer algo así que sea como un híbrido entre el cachito y el panettone, al fin y al cabo estamos en Navidad?.
Así que le empezó a meter nueces y frutas confitadas. Lo horneó, lo probó y fue todo un éxito. Éxito acogido rápidamente por los demás panaderos italianos que existían en Venezuela, quienes, al ver que la gente prefería comprar su pan de jamón y los panettones se les quedaban fríos, decidieron quedarse sólo con el jamón, las pasas y las aceitunas, dejando al panettone lo que es del panettone. Pancaldi no sabía que existía la oficina de Registro de Propiedad Industrial del Ministerio de Fomento".
En San Cristóbal
En nuestro caso, el Pan de Jamón lo adquirimos en la Panadería La Concordia, ubicada en la Avenida 8va., de la Parroquia La Concordia, de la ciudad de San Cristóbal.
"Hubo una vez – dice Santana – un panadero italiano llamado Pietroluchi Pancaldi, quien por allá por 1940 tenía una panadería ("La Lusiteña") por los lados del Mercado de Quinta Crespo. El trajo a nuestro país, junto con su familia, especialidades en panadería y pastelería italianas, como los cachitos y el panettone. A Pancaldi le gustaba mucho echarse palos y acá se hizo aficionado al ron.
En sus borracheras acostumbraba irse a la panadería a experimentar, como cualquier otro científico, nuevas variedades de panes y dulces. En una de esas, específicamente en una embriaguez navideña (suelen ser las peores), se le ocurrió hacer algo que fuera así como un cachito gigante.
Así que hizo un pan grande y lo empezó a rellenar de jamón. Pero no tenía suficiente – en aquel entonces los cachitos se hacían de jamón serrano – y entonces, para poder rellenar el pan tan grande que había hecho, comenzó a meterle cuanto encontró cerca: aceitunas, pasas…y cuando puso la primera pasa pensó ¿por qué no hacer algo así que sea como un híbrido entre el cachito y el panettone, al fin y al cabo estamos en Navidad?.
Así que le empezó a meter nueces y frutas confitadas. Lo horneó, lo probó y fue todo un éxito. Éxito acogido rápidamente por los demás panaderos italianos que existían en Venezuela, quienes, al ver que la gente prefería comprar su pan de jamón y los panettones se les quedaban fríos, decidieron quedarse sólo con el jamón, las pasas y las aceitunas, dejando al panettone lo que es del panettone. Pancaldi no sabía que existía la oficina de Registro de Propiedad Industrial del Ministerio de Fomento".
En San Cristóbal
En nuestro caso, el Pan de Jamón lo adquirimos en la Panadería La Concordia, ubicada en la Avenida 8va., de la Parroquia La Concordia, de la ciudad de San Cristóbal.
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