Al amanecer del 2 de Abril de 1819, cerca de la Mata del Herradero, al sur del río Arauca, ciento cincuenta y tres hombres del ejército patriota, al mando del General de División José Antonio Páez, dieron inicio una de las más heroicas y singulares gestas militares de la independencia venezolana y suramericana: La batalla de Las Queseras del Medio, destacada acción bélica de la llamada Campaña de Apure.
La batalla de las Queseras del Medio se produjo una vez que Simón Bolívar luego del combate de la Gamarra el 27 de marzo, se replegó en los Potreritos Marrereños, a la derecha del río Arauca, lugar donde el jefe español Pablo Morillo decidió atacarlo.
José Antonio Páez enterado de los objetivos de Morillo, a la cabeza de 153 jinetes cruza a nado y sin ser vistos el río Arauca el 2 de abril de 1819 y enfila 3 columnas contra el campamento realista, luego de haber atravesado el río el último caballo, los republicanos avanzan contra el campamento.
Morillo ante el ataque de Páez, movió su ejército con la caballería de al menos unos mil 200 jinetes al frente, por lo que el "Centauro de los llanos" emprendió la retirada en la dirección donde Bolívar había apostado una unidad de infantería. Ante el aparente repliegue de las fuerzas de Páez, Morillo ordenó a un escuadrón bajo el mando de Narciso López rodear al ejército paecista.
Por su parte, Páez encomendó a Juan José Rondón que atacase a López para hacer que éste reuniese su escuadrón en una sola columna, al ocurrir esto, Páez ordenó volver caras y el ataque sobre las fuerzas de Narciso López. El efecto de esta maniobra de la caballería paecista, fue sembrar el caos y la confusión en el ejército realista.
La acción de los lanceros de Páez fue facilitada por el hecho de que los carabineros de López echaron pie a tierra para hacer uso de sus carabinas.
Ante el ataque de las fuerzas patriotas la caballería realista se retiró con precipitación y se echó sobre su propia infantería, la cual no fue arrollada gracias a la decisión de Morillo de trasladarla rápidamente a un bosque vecino, donde se refugiaron.
El balance del enfrentamiento entre las fuerzas patriotas y realistas, se calcula en 2 muertos y 6 heridos para los primeros, contra 400 bajas de los segundos.
Mes y medio antes de tan legendaria batalla, Simón Bolívar instalaba el Congreso de Angostura (15 de febrero de 1819), desde donde se le otorga la presidencia de la República y la tarea de librar a sus provincias del poder español. Con tales poderes y fines, el Libertador avanza hacía el bajo Apure al encuentro con Páez, lo cual consiguen en Caujaral de Cunaviche, junto con tres mil combatientes.
El 27 de marzo, el cuartel general del ejército libertador se instala en los Potreritos Marrereños. Mientras al otro lado del río Arauca, Pablo Morillo, Capitán General del ejército español, apostaba siete mil quinientos realistas.
Páez propone a Bolívar un ataque sorpresa al enemigo. Aprobada la acción, ciento cincuenta y cinco lanceros, entre oficiales y tropas, cruzan a caballo el río Arauca sin ser avistados. Páez organiza a sus jinetes en siete grupos, comandados respectivamente por los oficiales: Francisco Carmona, Francisco Aramendi, Cornelio Muñoz, Juan Antonio Mina, Juan Gómez, Fernando Figueredo y Juan José Rondón. El Teniente José Silva se devuelve al campamento patriota, sin que hasta el presente se conozcan las razones.
Recibida la información del movimiento, Morillo ordena partir dos columnas de caballería para envolver a los insurrectos. Mil jinetes componen las columnas, entre ellas avanzan doscientos carabineros comandados por el oficial caraqueño Narciso López, quien luego de la emancipación venezolana en 1821, como precursor y mártir de la independencia cubana entregaría vida, escudo y bandera a esta isla caribeña.
Al trote y en perfecto orden, los lanceros patriotas simulan huir en dirección a la unidad de infantería que Bolívar había apostado a las márgenes del Arauca. Morillo confiado, decide adelantar al escuadrón de López dividido en dos columnas. En reacción, Páez ordena al Teniente Coronel patriota Juan José Rondón atacar con su grupo a los carabineros realistas con la intención de reunirlos en una sola columna. López une a sus jinetes y les manda a usar las carabinas, para lo cual deben apearse de los caballos.
De inmediato, Páez ordena su famosa maniobra de volver hacia el enemigo con el grito “vuelvan caras” (o “vuelvan carajo”), con lo cual arrollan a los carabineros y ponen en huída al resto de la caballería realista que casi se echa sobre su propia infantería, la cual evita la tropelía gracias al resguardo que consiguen en el bosque vecino.
La victoria tiñe los rostros patriotas con la sangre de cuatrocientos realistas que riegan su sangre en el campo de batalla. Los vencedores se regresan al campamento patriota con tan sólo dos bajas: El Sargento Isidro Mujica y el Cabo Manuel Martínez. Al siguiente día, se uniría a las víctimas fatales el Capitán Francisco Antonio Salazar, luego de ser retirado herido junto con otros cinco compañeros.
Táctica
El triunfo de las queseras del medio no tiene parangón. Bolívar felicitó a Páez y a sus hombres: "Acabáis de ejecutar la proeza más extraordinaria que pueda celebrar la historia militar de las naciones. Lo que habéis hecho no es más que un preludio. Contad con la victoria que lleváis en las puntas de vuestras lanzas y de vuestras bayonetas" acción militar en las Queseras del Medio, en el operativo conocido como "vuelvan caras"
El 3 de abril de 1819, Bolívar premia a los ciento cincuenta lanceros de Páez con la Cruz de los Libertadores, también les redacta la proclama intitulada “A los Bravos del Ejército de Apure”, la cual culmina con el siguiente llamado:
- “¡Soldados! Lo que se ha hecho no es más que un preludio de lo que podéis hacer. Preparaos al combate, y contad con la victoria que lleváis en las puntas de vuestras lanzas y de vuestras bayonetas.” /.
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