Doña Olga Rosa:
¡Madre y mi heroína! Recuerdo aquel 20 de julio de 2003, ese vil asesinato. Ha pasado ya 20 años de su Siembra en la Eternidad. Es una de las fechas que me llena nostalgia y tristeza.
Mamá, sigues viviendo en mi corazón. Te mantengo viva en mis recuerdos, los que me gusta revivir para tener un poco de alivio al dolor de que te hayas ido. Sé que me acompañas y bendice mis caminos, nunca dejes de guiarme, eso me consuela madre. ¡Vivirás eternamente en mi mente!
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